La historia de la aguja.

La aguja es uno de los primeros inventos de la humanidad; la gente la inventó incluso antes que la rueda. Y esto no es sorprendente. Incluso hoy, en la era de la alta tecnología, está en todos los hogares. Es imposible imaginar nuestra vida sin este pequeño objeto. En el artículo hablaremos de cómo eran las primeras agujas, cuándo comenzó su producción en masa y qué representan en la actualidad.

La historia de la aguja.

Se cree que este objeto prácticamente no ha cambiado desde la antigüedad. Sí, las agujas antes eran más sencillas, se hacían con materiales de desecho, pero siempre se utilizaron exclusivamente para coser.

Durante mucho tiempo se hicieron a mano, pero durante la apertura de las primeras fábricas y fábricas la producción se generalizó.

Primeras menciones

Los científicos no pudieron determinar la fecha exacta de aparición de la aguja. Se cree que esto ocurrió hace unos treinta mil años. Sin embargo, no hay evidencia directa de este hecho: estamos hablando de conjeturas de expertos.

Los objetos "más antiguos" encontrados por los arqueólogos que se parecen a los productos modernos fueron inventados por el hombre hace aproximadamente 17.000 años.En el territorio de la Rusia moderna, los arqueólogos han encontrado agujas que se fabricaron durante el Paleolítico tardío (hace unos 19.000 años).

En aquella época no había telas. La gente confeccionaba algún tipo de ropa con las pieles de animales asesinados durante la caza. Se utilizaron lianas en lugar de hilos. El hierro tampoco se conocía entonces y, por lo tanto, las agujas se fabricaban con huesos de peces y animales.

Primera aguja

Los primeros productos eran grandes y parecían un punzón. Más tarde, cuando el hombre aprendió artesanías más finas, los huesos se adelgazaron; la gente los cepillaba de tal manera que un extremo era muy afilado.

El bronce apareció más tarde. Se empezaron a fabricar agujas con este metal. Ya entonces eran muy pequeños, por lo que los científicos supusieron que en aquellos días no se utilizaban enredaderas como hilos, sino pelo de caballo.

Agujas de bronce

Las agujas de hierro aparecieron en el siglo III a.C. en el territorio de la Baviera moderna. Parecían una especie de ganchos (en aquel entonces no conocían el ojo, así que doblaron un extremo formando un pequeño anillo).

En la Antigua Grecia también sabían coser, utilizando agujas de hierro. Los egipcios sabían bordar ya en el siglo V a.C. Las agujas de los egipcios de aquella época son muy similares a las que utilizamos hoy en día.

La primera aguja de acero fue inventada por los chinos en el siglo X d.C.

Edad media

Los marinos trajeron agujas a los países europeos en el siglo VIII d.C. Se supone que fueron vendidos a los europeos por personas de tribus mauritanas. Según otras fuentes, viajeros de países árabes (el comercio entre ellos y los europeos estaba bien establecido).

En 1370 apareció el acero de Damasco y con él se empezaron a fabricar muchas herramientas para coser y pequeñas artesanías. Al mismo tiempo, apareció en Europa el primer taller para la producción de artículos metálicos para costura, pero todavía no había ojales en los productos de esa época.Además, los objetos metálicos tan pequeños eran caros porque estaban forjados a mano.

En el siglo XII, los europeos aprendieron a trefilar alambre utilizando una placa especial. Gracias a esto, el proceso de producción de pequeños objetos metálicos se ha abaratado. También ha mejorado el aspecto de las agujas. Se volvieron más delgados y suaves.

Una verdadera “revolución” en la costura tuvo lugar en el siglo XVI en Nunberg (Alemania). Allí inventaron un motor hidráulico y se mecanizó el proceso de trefilado.

En la Edad Media no sólo se producían en Alemania. Muchos de ellos fueron producidos en España. Las agujas de "picas españolas" (como se llamaban en aquella época) eran muy populares y se exportaban a otros países. Es cierto que estas agujas costaban cantidades increíbles de dinero y se consideraban un artículo de lujo. Rara vez un maestro de aquellos años tenía más de dos ejemplares.

En el siglo XVI, la revolución industrial hizo estragos en Inglaterra. En este estado se concentraba la producción de agujas. El proceso era económico, por lo que los precios de las agujas bajaron. Poco a poco se convirtieron en un artículo doméstico común y corriente que casi todas las familias europeas podían permitirse.

En el siglo XVI se hicieron populares en Europa los grabados, un tipo especial de pintura en la que se dibujaba un diseño con una aguja sobre un grabado. Cabe destacar que no se utilizó el accesorio de costura habitual. El diseño se hizo con una aguja, aunque exteriormente similar a una aguja de coser, pero sin ojo. La punta de la herramienta de grabado tenía forma de cilindro, cono e incluso de espátula. Los patrones fueron dibujados sobre una placa de metal cubierta con barniz. Después de aplicar el patrón, la placa se sumergió en ácido: corroyó las ranuras y el patrón se volvió distinto y muy hermoso.

Grabados

@artmajeur.

¡Interesante! Gracias a los grabados, el mundo conoció a artistas europeos como A. Durero, H. Riberu. En Rusia, la producción de tales grabados estuvo a cargo de V.I.Bazhenov.

Producción en masa

En 1850 apareció en Inglaterra la primera máquina de agujas completa. Ahora todos los productos se hicieron con ojal. Inglaterra se impuso en la producción de este accesorio de costura, literalmente capturó el mercado y durante mucho tiempo fue prácticamente el único proveedor importante.

Todo lo que vino antes fue esencialmente hecho a mano. Las agujas estaban hechas de alambre, se deformaban rápidamente y había que cambiarlas con frecuencia. Inglaterra pudo poner en marcha la producción. Desde entonces hasta el día de hoy, estos artículos se han producido en masa.

En el siglo XX, se abrieron cada vez más fábricas para la producción de equipos de costura, en casi todos los países desarrollados donde se fabricaban herramientas de costura.

como estan las cosas hoy

Es imposible imaginar el mundo moderno sin accesorios de costura. Hay muchas agujas. Vienen específicamente para coser a máquina y a mano, diferentes en largo, ancho y tamaño de ojal.

En las tiendas puedes encontrar agujas con las que cosemos lana o cuero, telas muy finas y suelas de botas. También existen agujas estándar que utilizamos para reparar ropa o bordar. En resumen, hay muchas opciones y sólo las costureras profesionales pueden comprender toda esta diversidad.

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