Antiguamente, la comida era tratada con gran respeto, porque no se compraba en una tienda, como hoy, sino que se recogía en el bosque o se cultivaba en el campo. Por eso cada comida era un ritual especial, en cuya creación se le daba un lugar especial al mantel. Para su fabricación se utilizaron diversos materiales y en el folclore se utilizó activamente como un remedio mágico independiente (tomemos, por ejemplo, el conocido mantel autoensamblado).
En el mundo moderno, este mueble no se utiliza con tanta frecuencia como nos gustaría, pero no pierde su relevancia. Hoy en día, un mantel es un producto (para su confección se utilizan textiles o materiales sintéticos) que se utiliza para cubrir la mesa del comedor.
Los antiguos egipcios cubrían las mesas con una funda especial hecha de algodón o lino. Era un lienzo duradero, decorado con varios adornos. En la antigüedad, la gente trataba el mantel con gran respeto; a los esclavos y mendigos se les prohibía usarlo.
Los pueblos orientales bordaban la ropa de mesa con oro, lo que la encarecía mucho y, por lo tanto, solo la usaban los ricos.
Los europeos, especialmente a principios de la Edad Media, no fueron particularmente cuidadosos. Vertían aguas residuales por las ventanas, rara vez se lavaban y no utilizaban productos de higiene básicos. Por supuesto, el mantel también siguió siendo un objeto inútil para ellos durante mucho tiempo.
En la antigua Rusia, por el contrario, la mesa estaba cubierta con lienzos pintados y cosidos a mano. Desde tiempos inmemoriales, nuestros antepasados intentaron embellecer su vida, por eso un mantel era un atributo obligatorio de cualquier choza, independientemente del estatus social y la seguridad económica de la familia. Incluso los campesinos más pobres intentaron encontrar al menos alguna manera de cubrir la mesa.
Es interesante que durante mucho tiempo (hasta el siglo XX) un mantel fue un atributo obligatorio de toda novia en nuestro país. Si la familia se consideraba rica, la mantelería bordada por las monjas se utilizaba como dote. Era caro e increíblemente lujoso, y los patrones complejos en tales lienzos se pueden ver infinitamente. La gente común y los siervos también consideraban su deber preparar una dote para su hija. Sólo los manteles eran sencillos y, a menudo, los bordaban las propias chicas.
Hasta el siglo XIX, la mesa se ponía exclusivamente con lino y algodón. Luego se pusieron de moda los manteles de felpa y, a mediados del siglo XX, cuando los materiales sintéticos estuvieron disponibles de forma generalizada, aparecieron los productos de hule.
Se cree que el mantel cumple una serie de funciones muy importantes:
Hoy en día se utilizan diferentes materiales para la elaboración de este mueble: naturales, mixtos y sintéticos. Por lo tanto, los productos hechos de algodón y lino siguen siendo muy populares, aunque es difícil llamarlos particularmente prácticos: el lino natural se encoge después del lavado, pierde rápidamente su brillo y es más difícil quitar las manchas. Sin embargo, este producto parece lujoso y, por lo tanto, es mejor usarlo para almuerzos y cenas formales.
Los productos sintéticos son prácticos. Duran mucho tiempo y no requieren cuidados especiales. Los manteles de silicona y hule quedan muy bien, sobre todo si hablamos de una opción para el día a día.
Sin embargo, los materiales mixtos son los más convenientes. Duran mucho tiempo y lucen geniales. Por lo tanto, los manteles hechos de dicha tela son especialmente comunes.