La gente tiende a hacer cosas que evocan emociones positivas, por eso nos encanta dar y recibir regalos. Son un signo de atención y cuidado, por lo que siempre evocan una oleada de ternura y buenos sentimientos. Mientras tanto, dar algo se ha considerado durante mucho tiempo un ritual especial, casi mágico, que a menudo estaba dotado de propiedades mágicas y asociado con acontecimientos importantes de la vida.
Ya en la antigua Rusia los regalos eran un atributo obligatorio no sólo de las fiestas, sino también de las noticias tristes. Por ejemplo, existe una hermosa leyenda sobre el regalo de un cuchillo. Nuestros antepasados creían que aparecería sangre en él si quien la daba iba a tierras lejanas y se metía en problemas allí.
En los cuentos populares rusos, a un héroe que iba de viaje se le regalaba una pelota para que no se perdiera, un mantel hecho por él mismo para mantenerse bien alimentado durante todo el camino o una alfombra voladora para moverse rápidamente sobre una densa impenetrable. bosque. En resumen, incluso en los antiguos cuentos de hadas, un regalo tenía un significado oculto y estaba asociado a una situación específica. Sin embargo, poco ha cambiado hoy en este sentido.
En el mundo moderno, un regalo es un gesto de cortesía, un signo de atención o gratitud, una manifestación material de sentimientos. Realmente funciona cuando es agradable para ambas partes: tanto para el que lo da como para el que lo recibe. Su característica importante es que el regalo se entrega de forma gratuita y, por tanto, lo único que puede esperar de quien lo hace son palabras de agradecimiento y, a veces, un gesto recíproco.
La elección del regalo es responsabilidad del donante. Da lo que no le importa, lo que él mismo estaría feliz de recibir. No existe una clasificación clara de los obsequios, pero se pueden dividir a grandes rasgos en los siguientes tipos:
Una categoría aparte son los regalos para enamorados. ¿Cómo, si no con pequeñas cosas agradables, puedes expresar sentimientos simplemente incipientes? Especialmente cuando hablar de ellos da miedo o es tímido.
Tampoco existen regulaciones estrictas que nos digan qué se puede dar y qué no. Se entiende que cada uno de nosotros, a la hora de elegir, se guía por el sentido común y la situación en la que se presentará el regalo. Sin embargo, hay cosas y objetos cuyo regalo se considera una manifestación de mal gusto y falta de tacto. Entre ellos:
Un lugar especial en toda la variedad de regalos lo ocupan las cosas hechas con tus propias manos. Ciertamente son hermosos, pero no debes olvidarte de la "media dorada". Por ejemplo, no hay necesidad de colmar literalmente a tu amiga con joyas hechas a mano, especialmente si notas que ella no las usa. Recuerde que el objetivo principal de un regalo es complacer a quien lo recibe y no satisfacer sus propias ambiciones.