Una camisa es una prenda de vestir confeccionada con un tejido ligero que cubre la parte superior del cuerpo. La versión masculina de este producto también se llama camisa y la versión femenina, blusa.
La historia de la aparición de la prenda en cuestión nos remonta a la Alta Edad Media, cuando los hombres vestían dos camisas al mismo tiempo. La primera era ropa interior, hasta la mitad del muslo, de corte holgado y mangas largas. La camisa superior era más ajustada y sus mangas eran mucho más cortas.
Durante el Renacimiento, del siglo XIV al XVII d.C., una camisa blanca como la nieve era una parte obligatoria del traje masculino de un noble italiano. Un cuello redondo o cuadrado siempre estaba decorado con bordados, trenzas o cintas de raso blancas. Esta camisa se usaba sobre el cuerpo y encima llevaban ropa que recordaba a un chaleco moderno con mangas. Es de destacar que las mangas de este chaleco fueron talladas y las mangas de la camisa se pasaron a través de esta tela, creando el efecto de volantes abullonados. Llevaban un conjunto de este tipo, soltando la parte inferior de la camisa entre los pantalones y la ropa exterior más corta.La versión femenina también tenía mangas abullonadas, pero la capa superior siempre era de color oscuro. De esta manera, las temperamentales mujeres italianas atraían la atención, creando un contraste entre el blanco y la oscuridad.
En el siglo XVI, la división de clases en Europa se hizo tan evidente que sólo una persona muy rica podía permitirse una camisa blanca como la nieve. Los plebeyos vestían camisas hechas de telas más toscas, de colores oscuros y con los bordes sin rematar.
En España en ese momento, la camisa estaba necesariamente escondida debajo de la túnica: una chaqueta masculina entallada sin mangas, abrochada justo debajo del cuello. Las damas también escondían cuidadosamente sus blusas debajo de vestidos mullidos y los usaban como ropa interior.
En la primera mitad del siglo XVII en Francia, la camisa comenzó a usarse como ropa interior y como prenda de vestir. Es de destacar que durante ese período aparecieron los primeros gemelos. Unas décadas más tarde, los hombres vuelven a usar dos camisas, pero la inferior ahora se considera ropa interior, cosida con un corte entallado y oculta a las miradas indiscretas. El de arriba, por el contrario, está bordado con patrones exquisitos, tiene un corte holgado y representa la parte ceremonial de la imagen. En cuanto a los cuellos, en esa época se cosían lo más esponjosos posible. Se pusieron de moda los jabots, volantes de encaje hechos con el mejor guipur.
La moda inglesa del siglo XVIII fue más sobria y con el tiempo reemplazó por completo al elegante estilo francés. Eran populares las camisas elegantes, sin adornos y con cuello alto. Se llevaban bajo un elegante frac, que apareció a finales del siglo XVIII.
La Revolución Francesa cambió enormemente la vida de los ciudadanos y sus gustos, incluso en la vestimenta.Los cuellos almidonados están siendo sustituidos por modelos de cuello más suaves. Las camisas se están convirtiendo en un elemento del vestuario diario. Las damas comienzan a usar blusas, faldas y chaquetas sofisticadas.
En los Estados Unidos de América, por primera vez se está creando una camisa que no se lleva sobre la cabeza, sino que se abrocha con cierres (como la ropa de abrigo). Para coser se utiliza una amplia variedad de tejidos, desde algodón, seda, lino y satén hasta franela cálida y lana natural.
Los años 40 del siglo pasado se convirtieron en el punto de partida de la moda femenina para los trajes clásicos. Durante ese período, las mujeres de todo el mundo, junto con los hombres, participaron en negociaciones, ocuparon puestos de liderazgo, se postularon para partidos políticos y viajaron mucho. Su vestimenta diaria era un traje clásico con falda y chaqueta, que no se podía imaginar sin una hermosa blusa.
En los años 70 se empezó a fabricar la versión femenina de la camisa con un corte más deportivo y holgado, de lino y algodón. Estas camisas se usaban con pantalones y jeans.
Hoy en día, la moda de camisas de hombre, blusas y camisas de mujer sigue siendo relevante. Junto a los modelos clásicos, aparecen opciones de estilo casual, caracterizadas por la presencia de bolsillos, remaches y otros elementos de estilo moderno. La camisa se ha convertido en una prenda de vestir tan universal y solicitada que puedes usarla todos los días debajo de diferentes pantalones, complementando tu look con accesorios.