Para un sueño profundo y un despertar reparador no basta una buena cama, aire fresco y una almohada suave. No menos importante es la ropa que llevamos cuando vamos al reino de Morfeo. Una opción ideal para quienes les gusta dormir sin manta o con la ventana abierta es el pijama. Se trata de ropa de hogar, que en su diseño clásico consta de dos prendas: pantalón y camisa.
Todos los habitantes de la Europa medieval dormían en camisones, más bien vestidos. Esta ropa de dormir era larga y holgada, pero dormir con ella no siempre era cómodo y conveniente: se enredaba en las piernas, se arrugaba y se retorcía. Sin embargo, a los europeos no se les ocurrió nada más cómodo, por lo que en algunos casos dormían completamente sin ropa.
Las primeras menciones a la aparición del pijama en Europa son ambiguas. Así, hay una versión de que fue traído por viajeros de la India en 1870-1890. Según otras fuentes, los franceses proceden de largos viajes, en particular desde Goa. Pero en ese momento esta prenda no arraigó entre la población europea, que era conservadora en algunos aspectos.El camisón siguió siendo prácticamente la única opción para dormir durante varias décadas.
No fue hasta principios del siglo XX que los pijamas ganaron popularidad. Luego fue usado activamente por los hombres y, a mediados de siglo, reemplazó por completo al camisón.
Los estilos son especialmente interesantes. Los pantalones y la camisa clásicos ya no sorprenderán a nadie, por eso los estilistas nos ofrecen soluciones cada vez más inusuales. Popular recientemente:
Además, hay pijamas disponibles para mujer o para hombre. Varían en corte y colores. Pero hoy en día también están de moda los modelos unisex, que se adaptan a todos, independientemente de su género.