Los botines se consideran tradicionalmente un atributo obligatorio del guardarropa de un bebé. Estas zapatillas de punto ligeras están diseñadas no solo para crear las primeras imágenes tiernas y conmovedoras del bebé, sino que también protegen los pies de los niños de la hipotermia, ya que la temperatura corporal de un niño en el primer año de vida depende en gran medida de las condiciones ambientales.
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Si hoy en día la creación de ropa elegante para niños es una verdadera tendencia en la industria de la moda, hace 100-200 años la situación era completamente diferente. Hasta mediados del siglo XVIII, la ropa de los niños no se diferenciaba en absoluto en corte y estilo de la de los adultos, y a menudo se envolvía a los bebés en un trozo de tela lo más ajustado posible, sin preocuparse especialmente por mantener los pies calientes. Entonces se creía que era perjudicial para los niños moverse mucho, por lo que sus piernas y brazos estaban literalmente "encadenados" con lino simple o con costosos pañales de brocado.
A finales del siglo XVIII, las mentes europeas progresistas captaron las ideas de Jean-Jacques Rousseau, quien finalmente notó las diferencias entre niños y adultos.Su idea principal era que los niños tienen derecho a la infancia, no se convierten en adultos desde que nacen y, por tanto, deben ser tratados en consecuencia. Gracias a estas ideas, los niños aprendieron qué es la ropa y los zapatos cómodos: finalmente, desapareció la moda de los tacones y plataformas, que estropeaban los pies de los niños.
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A mediados del siglo XIX, les llegó el turno a los bebés. En ese momento se les inventaron elegantes zapatos con membrana, que se complementaban con medias blancas como la nieve. El autor de estos zapatos es el francés Francois Pinay. La palabra "botines" es un derivado de su apellido.
Pine cosió zapatos para niños con materiales inusuales para nuestro tiempo: cuero, gamuza, husky. Un poco más tarde, a principios del siglo XX, se pusieron de moda las botas ajustadas de cuero suave para niños. Sólo después de la Primera Guerra Mundial la vida de los bebés se volvió más fácil, cuando la gente cambió su opinión sobre la higiene infantil. Luego llegó el entendimiento final de que los niños necesitan ropa cómoda, no moderna, hecha de materiales suaves y transpirables. Desde entonces, se han tejido prendas suaves y acogedoras para bebés, incluidos patucos.
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Hoy en día, los botines se cosen a escala industrial o se tejen a mano. Por supuesto, la segunda opción es preferible, especialmente si estos zapatos de bebé están tejidos por las manos de una abuela cariñosa. Sin embargo, es posible que los botines comprados en una tienda no sean de peor calidad.
Por eso, hoy en día utilizan lana y prendas de punto para confeccionarlos. Las suelas de estas zapatillas suelen estar reforzadas con inserciones de cuero genuino (esta opción es especialmente conveniente para los niños que recién comienzan a pararse y caminar).
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Para comprender que los botines comprados en la tienda son de muy alta calidad, es importante estudiar detenidamente la información en el paquete o la etiqueta. Entonces, buenos botines:
Además, es necesario prestar atención a la seguridad de los botines. Los niños quieren probarlo todo y, por eso, es importante que todos los elementos pequeños (cuentas, lazos, aplicaciones) estén bien sujetos. Aunque muchas madres prefieren comprar botines sin estos bonitos pero inseguros detalles decorativos.