El matrimonio y la familia no son cosas fáciles. Requieren resistencia y comprensión por parte de ambos socios. Sucede que sucede algo inusual e inmediatamente te vienen a la cabeza pensamientos: "Todo, estoy cansado, es hora de divorciarme". ¿Ha sucedido esto alguna vez? ¿Cómo pueden los cónyuges mantener la calidez, aprender a simpatizar y ayudarse mutuamente en situaciones difíciles de la vida? La historia de Deirdre Sanford ayuda a responder esa pregunta.
¿Cuál es esta historia?
Deirdre estaba encantada cuando se casó. Su amado esposo la ayudó y apoyó en todos sus esfuerzos.
Pero luego ellos la vida se ha convertido en una rutina: dos hijos, el trabajo del marido, las tareas del hogar... La mujer no trabajaba, por lo que dedicaba todo su tiempo a limpiar, cocinar, cuidar y jugar con los niños. Estaba tan cansada que cada vez más por las noches empezó a pedir ayuda a su marido. Cada vez respondió lo mismo: "Estoy terriblemente cansado del trabajo, sólo tengo fuerzas para sentarme y jugar con los niños".
Con cada respuesta similar, el resentimiento de Deirdre crecía más y más.Después de la última pelea, la mujer decidió firmemente que ella Es hora de divorciarse de este hombre egoísta.que piensa sólo en sí mismo.
¿Por qué cambió de opinión?
Para ahogar de alguna manera el resentimiento, la heroína fue a lavar el piso del pasillo. Mientras reorganizaba sus botas para llegar a la esquina, se quedó estupefacta. Sobre los zapatos nuevos de su marido, que la mujer le compró hace no más de una semana, había agujeros desgastados y abiertos... Parecía como si hubiera estado pisoteando el camino en ellos durante al menos seis meses.
Deirdre rompió a llorar de vergüenza y autocompasión porque se dio cuenta de que su marido nunca le había mentido acerca de lo agotado que estaba en el trabajo. Él no estaba menos cansado que ella. Después de este incidente, la mujer cambió de opinión acerca de divorciarse de su amado y comenzó a tratarlo con mayor comprensión y simpatía.
Perspectiva de la vida: cuando necesitas pensar cien veces antes de tomar una decisión
La historia de la familia Sanford nos mostró una vez más que la familia es un trabajo duro. Nunca debes tomar decisiones apresuradamente, La mejor manera de solucionar un problema es sentarse tranquilamente y discutir todo lo que te preocupa.. No puedes acusar a tu pareja de insensibilidad y egoísmo si tú mismo te comportas de manera similar.